Toma la inspiración de los ríos, de las corrientes continuas de agua, a modo de la metáfora de la existencia y del paso irremediable del tiempo.

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El agua de los ríos proporciona imágenes invertidas

de la vida, que invita a la reflexión.

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En su superficie podemos sentirnos reflejados todos:

en su caudal nos vemos arrastrados,

o dejándonos llevar, a fin de cuentas,

todos y cada uno de nosotros.